¡Tantas veces he visto barranca abajo
los acantilados peligrosos de tus errores!
Sabía, intuía, que era un camino sin retorno.
Un breve vuelo; las piedras besadas por el mar
esconden, celosas en su guardia inmóvil,
húmedos días, brumosas noches.
donde mueren todos mis sueños.
Existe un Castillo vacío de manos y risas.
Fantasmas errantes que arrastran quimeras
bucean en las sombras sin entender
Nacen poemas de tu mente fecunda:
errores o aciertos que visten su esencia
saltando al vacío desde una cima sin cielo,
Ciegos los ojos, muerta la mirada,
Corazón vidente para desafiar la Nada.
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