Hay días como el de hoy
que no estoy viva, ni muerta.
Floto en percepciones desconocidas,
a la vez un eco de campanas
trae reminiscencias percibidas.

Hoy entiendo todo, lo que ayer no entendía,
lo que mañana sin recuerdos, no entenderé.
Esta luz fugaz que abre, parte mi mente
me permite ver lo que siempre nos esta velado,
ya ha pasado otras veces, se que huirá este albor
y quedare sin recuerdos, seré un mortal más.

Si pudiera explicar lo que es saber todo,
sobre el bien, el mal, la virtud, la injusticia,
las respuestas sobre la vida y la muerte
sobre el existir ,brotar, crecer, envejecer,
morir, y volver a nacer sin memoria.
Pero es mucho para mi pobre mente,
entonces huyen las claridades
no estoy preparada para las respuestas.

¡Que sensación flotar...
¡Entre la tierra y el cielo!,
¡La vida y la muerte!,
¡La realidad y los sueños!

Hablar con las plantas, con las piedras
saber que el azul es el color del amor,
sentir el dolor, la alegría sin ejemplos
pero estoy sola, lacera esta soledad,
emerger con mi saber entre espejos
que no reflejan nada perceptible
y la soledad del saber es fría,
sombra oscura que inmoviliza lo conocido.

Entro a un mundo irreal, locura, desconcierto.
Sé que es una porción de sabiduría del universo
no se apreciarla, porque me aferro con fuerza
a los lugares habituales, frecuentes, usuales.
El miedo a lo incierto impide desplegar mis alas
lenta se cierra la luz poderosa del entendimiento,
es demasiado para mi...

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