Cuando golpee las puertas del cielo
para encontrarme con el amor eterno,
me cubriré de blanco ocaso,
un vestido largo de raso,
talle princesa, lujos escasos,
piedras cristal de roca en el ruedo
para que reflejen en el suelo
el desconsuelo de mis amores sin velo.

Soltaré mi cabello largo
para que las mariposas jueguen en él.
Acunaré soles en mis manos
cantando, susurrando para no interrumpir
el himno que los ángeles esculpirán,
antes de abrir la puerta de la vida
que en ese instante recomenzará.

Envíale ésta página a alguien especial
pulsá en el sobre