La prueba,
oh mi fuerte Orinoco, te filtró toda el agua.
Tú mismo,
desordenado,
pródigo,
invasor,
subversivo,
venezolano,
tú mismo
llevaste las dragas que te roen el fondo,
como tu propio pico de pelícano.

Te profundizaste,
escupiste el freno de las barras,
te recogiste en tu designio definitivo.

Un día
te echaste al hombro tus caimanes
y abandonaste lentamente las sabanas.

Tú mismo
te empinaste hacia abajo,
esotérico,
con un hondo respeto de la tierra
y diste a tus mil brazos 
aptitud atlética
para recibir la crianza del trasatlántico,
para prenderte a las orillas
grandes ciudades que te caen
como tributarios de vida,
para ser el zaguán del mar,
traficado por los gritos de la tierra
que se echa a las calles del mundo.

Denso, populoso,
te caen y se te ahogan
duras palabras engranadas
en todos los idiomas del planeta.

Pero, todavía,
fuerte Orinoco,
todavía eres el Río Indio,
inconfundible,
en el salto,
en la bandada,
en la garza en un pie, que casi vuela
y en tu último caimán
en cuyo bostezo
se refugió toda tu tradición
con silenciosa desembocadura.

Oh mi fuerte Orinoco,
vieja calle bolivariana,
por donde pasó sin rumor
el hombre que te empujó con el remo que lo empujaba!

Oh mi fuerte Orinoco, erizado de flotas!

La prueba
que te filtró las aguas y del lado de ayer
dejó el residuo de sangre y de fiebre
con eficacia final de abono,
la prueba
que te llevó a tu máxima estatura interior,
Orinoco,
gran Río Útil,
primer ciudadano de Venezuela,
tu prueba
nos pasó por tu mismo filtro.

Yo mismo
me vi colar entre mi conciencia
y me sentí dragado
hasta la raíz de mi carne verdadera.

Aquí estoy, mi río sereno,
como lago que anda,
mi viejo río de las siete estrellas,
aquí estoy.

Mi poema de hace setenta años,
mi viejo poema,
frondoso como tus selvas,
desbordado como tú,
fue talado en la prueba,
filtrado,
dragado,
y regresa a ti
en la pureza de una palabra
que cabe en una mano con holgura de sorbo
y que te cae con el sentido caudaloso
de una gota tributaria,
voz de la lengua que trabaja, canta,
el salado sudor de los trabajadores,
ya desde los raudales, te hace marina el agua!



Andrés Eloy Blanco nace en Cumaná - Edo. Sucre - Venezuela.
Luego su familia se traslada a Caracas, ciudad donde Andrés Eloy cumple con su educación formal.
Hacia 1913 se cuenta como uno de los integrantes del Círculo de Bellas Artes y en 1918 es galardonado con la "flor natural" en los juegos florales con "Canto a la Espiga y al Arado". También en este año publica "El huerto de la epopeya" (drama en verso) y es encarcelado en la Rotunda por participar en manifestaciones estudiantiles. 
Estudia derecho en la Universidad Central de Venezuela y según algunas fuentes se gradúa en 1919, de acuerdo a otras, en 1920. Dentro de sus primeros clientes se encuentra doña Pancha Vásquez, quien dueña de un gran hato en el cajón del Arauca, y sirve de inspiración para la Doña Bárbara de Rómulo Gallegos.

En 1921 es galardonado en un concurso literario del Zulia y edita "Tierras que me oyeron". En 1922 publica "Los Claveles de la puerta". En 1923 obtiene el Primer Premio en los Juegos Florales de Santander con su poema "Canto a España". Viaja a la península para recibir el premio, permaneciendo en Europa durante más de un año. Allí conoce los movimientos de vanguardia de la época. En 1924 es electo miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. En ese mismo año viaja a La Habana, donde se reúne con exiliados gomecistas e intelectuales cubanos.

Al regreso publica "El amor no fue a los toros". En 1928, comienza a editar el periódico anti-gomecista "El Imparcial", que circula subrepticiamente y se vincula con las organizaciones clandestinas USCA (Unión Social Constructiva Americana) y FAR (Frente de Acción Revolucionaria).

Después del golpe del 7 de abril de 1928 es hecho prisionero nuevamente en La Rotunda, trasladado más tarde al Castillo Libertador de Puerto Cabello y finalmente confinado en Timotos y luego en Valera.

En 1932 se le permite regresar a Caracas por estar enfermo, pero prohibiéndole publicar en la prensa y hablar por radio.
Andrés Eloy Blanco desempeña sus primeros cargos públicos durante el gobierno del General Eleazar López Contreras (1936-1941), iniciándose en el Ministerio de Obras Públicas como jefe del Servicio de Gabinete.

En 1937, funda, junto a otros, el PDN (Partido Democrático Nacional), es electo concejal y pasa al Congreso Nacional como diputado de oposición. En este mismo año publica "Barco de Piedra" (poemas), Abigaíl (teatro) y Malvina Recobrada (prosas poéticas). En 1938 publica "Baedeker 2000"(Poemas).

Posteriormente se introduce de lleno en la política, siendo uno de los fundadores del partido Acción Democrática. Trabaja alrededor de la candidatura de Rómulo Gallegos (1941).

En 1942 publica "Navegación de altura" (compilación de artículos políticos). En 1944 se casa con Lilina Iturbe. En 1946 viaja a México para pronunciar el discurso de orden en la inauguración de un monumento a Simón Bolívar. A finales de este año preside la Asamblea Nacional Constituyente, convocada para la reforma de la "Carta fundamental". En 1947 publica "Vargas, albacea de la angustia" (biografía). En 1948, el presidente Rómulo Gallegos lo designa Ministro de Relaciones Exteriores.

Tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos se conforma una nueva Junta de Gobierno, presidida por el teniente-coronel Carlos Delagado Chalbaud. Acción Democrática es disuelta y el poeta y su familia salen de Venezuela a Cuba para trasladarse luego a México. Lejos de la contienda política, Andrés Eloy Blanco escribe de nuevo. De este retorno a la creación literaria encontramos: "A un año de tu luz" (1951) y "Giraluna"(1955). El 21 de mayo de 1955 fallece trágicamente en Ciudad de México.

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