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Con tu sonrisa embelleces
Y haces tus quince lucir;
Te lo habrán dicho mil veces:
Blanco pimpollo pareces
Que comienza a entreabrir.
Sobre tu seno palpitan
No sé qué lumbres dudosas;
Cuando tus formas se agitan,
A respirarlas incitan
Como un manojo de rosas.
En tu infantil hermosura,
Llena de vivos sonrojos,
Hay tal hechizo y frescura,
Que hasta la luz es más pura
En el cristal de tus ojos.
Cuando caminas, tu traje
hace susurro de espumas;
Y, por rendirte homenaje,
De tu sombrero en las plumas
Canta la brisa salvaje.
Los que te miran pasar
Con esa audacia triunfante
Y esa sonrisa sin par,
Juran, al ver tu semblante,
Que tú no sabes llorar.
Juran verdad. ¡Pues mejor!
¡Fuera pesares y engaños,
Y no contraiga el dolor
Esos dos labios en flor
Donde sonríen quince años!
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Poeta romántico del siglo XIX. Nació en Buenos Aires el 27 de enero de 1851. Mostró desde muy joven sus preferencias por la literatura. Con sentimientos puros y sencillos, en sus versos exaltó la patria, la familia y el hogar. Fue uno de los cultores del género gauchesco y abordó temas históricos y tradiciones populares. Después de aparecer su bellísima obra en verso "Santos Vega", de 1885, se lo llamó "el poeta de las Pampas". Otros escritos de su autoría que merecen mención: "El negro Falucho", "Poesías", "A Corrientes", "Al mexicano Federico Gamboa" y "La luz mala".
Es uno de los fundadores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y su consejero y
vice decano en varias oportunidades. De ella recibe, en 1909, el doctorado Honoris Causa. Sus últimos treinta años nos lo muestran alejado de toda labor literaria. Siente vacilar su salud y se traslada a Mendoza hacia fines de 1919. Su existencia, dividida entre el estudio y la meditación, el hogar y el manejo de sus posesiones rurales y su fortuna, se extingue allí el 8 de marzo de 1920. Sus restos descansan en su ciudad natal: Buenos Aires. |
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