Reina el silencio: fúlgidas en tanto
Luces de paz, purísimas estrellas,
De la noche feliz lámparas bellas,
Bordáis con oro su luctuoso manto.

Duerme el placer, mas vela mi quebranto,
Y rompen el silencio mis querellas,
Volviendo el eco, unísono con ellas,
De aves nocturnas el siniestro canto.

¡Estrellas, cuya luz modesta y pura
Del mar duplica el azulado espejo!
Si a compasión os mueve la amargura

Del intenso penar por que me quejo,
¿Cómo para aclarar mi noche oscura
No tenéis ¡ay! ni un pálido reflejo?



Nació en Puerto Príncipe (Cuba) el 23 de marzo de 1814, aunque en su autobiografía figura 1816 (La Ilustración, 1850-XI-8). Hija del capitán de navío Manuel Gómez de Avellaneda y de Felisa de Arteaga. Ya en su juventud, por razones de salud, se trasladó a Santiago de Cuba, tras negarse a contraer matrimonio. En abril de 1836 sale con su familia hacia Burdeos y de allí a La Coruña.

En 1839 viaja a Sevilla y luego a Cádiz, donde escribe por vez primera en La Aureola, que dirigía Manuel Canete, con el seudónimo de La Peregrina. Aquel año conoce a Ignacio Cepeda, del que se enamora y al que dedicará muchas de sus cartas durante años. Al año siguiente, ya en Madrid, lee sus poemas en el Liceo y en 1841 publica su primer libro. En diciembre de 1845 se casa con Pedro Sabater, jefe político de Madrid, que fallece el 1 de agosto de 1846 en Burdeos.

Gertrudis fallece en Sevilla, el 1 de Febrero de 1873.

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