Anoche

Anoche rodeados de esplendor azul
nos amamos sin limites, ni enigmas.
Elegiste la música, se escucho lejana,
como si proviniera de la luna, las estrellas
tan armónicas y diáfanas eran sus notas.
Cayeron los colores al suelo
el azul y el gris se abrazaron.
Mientras rodeábamos
nuestros cuerpos con caricias
plenas de intensa pasión.
Desapareció el mundo
su actividad, los sonidos,
flotando sin tiempo ni espacio
nuestras pieles se unieron.
La música anido en los cuerpos
creamos una salvaje sinfonía.
Unidos subimos laderas
resbalamos por profundos valles,
caímos como en cascada
flotamos sobre un sereno lago.
Devoramos la noche
en los espejos de nuestras miradas.


04 de septiembre de 2003

Valeria Azul

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