Mi Refugio - una poesia de Valeria Azul
 

Vivía protegida en mi palacio de mármol azulado,
con fuertes columnas sosteniéndolo.
Crecía feliz a la vista de un lago que oficiaba de espejo.
Cisnes y aves exóticas embellecían el lugar.
El sol y la luna se turnaban para los días perfectos
del aprendizaje de vivir.
Mi cuerpo iba tomando altura
que media día tras día en los fríos pilares.
Los amplios atuendos ya no ocultaban,
las formas redondas de mi existir.
Cada día daba un paso más al exterior,
internándome en el inexplorado mundo.
Muchas jornadas regresaba asustada a mi refugio,
había formas sombrías que no entendía
subía corriendo los escalones
y desde allí contemplaba esas luces y sombras.
Había tiempos de intensas tormentas,
con centellas que alumbraban el palacio
y vientos huracanados que jugaban con mi cabello,
pero mi mundo estaba a salvo
todo pasaba fuera de mi castillo.
Un día cuando jugaba abrazada a las columnas,
vi en el lago algo que flotaba,
el agua formaba círculos perfectos,
unos encerraban a los otros y en medio, algo hermoso
blanco, emergía, el sol lo transformaba en distintos colores.
Baje uno a uno los escalones de mi seguridad,
descalce mis pies y mi alma y desnuda de presentimientos
entre en el perfecto lago de mis años de adolescencia.
El agua estaba fría, pero no me importo,
faltaba poco para tomar lo que me maravillaba,
era una hermosa flor , la rosa del amor,
lo sabía porque lo había leído en grandes libros.
No podía apoyar mi sabiduría en el fondo del lago,
el agua penetraba por mi boca,
estire la mano , las espinas me pincharon,
la sangre formo una flor roja,
la tome, la olí, la prendí en mi cabello,
pretendí regresar a mi palacio
pero un nuevo circulo me arrastro al fondo.
Al otro día, el sol iluminaba mis cabellos,
que flotaban con una rosa blanca entre ellos
en mi ropa, una rosa roja.
El palacio quedo vació, lo veo desde esta estrella.
Nadie me había dicho que detrás de la belleza
se pueden esconder mortales espinas,
nunca alguien me había prevenido ,advertido,
que debajo de las calmas aguas de un lago
el barro succiona todo lo que osa acercársele.
Mi infancia, mi adolescencia termino
seducida por lo desconocido.


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