Digo
Hombre,
y
eres boca
en mis labios
entre abiertos,
digo
luz,
y
mi alma
se ilumina
desde su sombra,
digo
tu nombre
y
se abre
la gruta
sagrada
del destino,
abrimos
el libro
de la vida,
que
registra
el nacer
y renacer
de los mortales...
renacemos
juntos
con
cinceles
de luz
entre las manos,
iniciando
la talla
conjunta
de la vida.
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