Como en silencio sumido el tácito jazmín 
su íntimo dulzor alberga, 
así a mi lado tanta vida, 
en un arco de sonrisa,
palpitaba.

Como su mágico tesón la oculta madreselva 
en la gota calma de su vientre arropa,
así desde un regazo hiriente de mejilla, 
mi pecho la noble caricia de un aroma 
trastocaba.

Así, bajo un entorno bravo de jazmines…

Como encubierta naranja lumbre 
en el pecho mudo del Zorzal 
palpita en gesta la primavera 
y su primera partitura, 
así a mi lado amanecía 
la vital luminiscencia de una voz, 
primera nota que preludia
la armoniosa sinfonía de mi alma. 

Así a mi lado raudal su sinfonía, 
de sonrisa, decantaba.
Así a mi lado espacial canto
de almíbar me fundía. 
Así a mi lado tanta vida.
Vientre. Pecho. Luz. 

Mas es cruzar con la gestante 
primavera ver sus ojos, 
mas es, hermosa, ya trino desatado, 
salirle al paso venturoso
madura ya en la fruta manifiesta 
de tu beso.




Tu fragancia de mejilla
exquisita melodía 
de perfumes orquestados;
fina, volátil y expandida 
orfebrería de néctares
besados.

¡Es ya un beso desatado 
el refinado dulzor 
de tal aroma desprendido! 
una hebra de tu alma que respiro,
la estela minuciosa 
de tu rostro que pasea, 
matutino zumo aéreo
de un rocío evaporado 
de la flor, 
turgente suspirar
de pétalos mojados, 
sudor de jóvenes pistilos, 

Soleada rosa tibia del camino, 
aroma embriagado de colmena
que recala en mi pecho transeúnte
como un pétalo amante,
que me llevo.

Y sólo desvanece tu fragancia
de mejilla, 
el certamen entibiado de tu boca
que impregna de perfumes 
a mi alma renovada.




Cuanto doy, mi entero corazón
que a una flor noble ofrezco el pecho, 
sin ver que erguida y al acecho
la espina me daña cual arpón. 

Ansioso con mi mano aferro
de la rosa el tallo ensangrentado,
por llevar un pétalo a mi lado 
(amor) el puño yo más cierro. 

Verte amor, tan frágil retoño, 
¡con un beso quiero yo crecer!
Mirarte habré un día, -atardecer-
como un paseante del otoño. 

Cosechador de un dulce néctar
que me bautiza en sortilegio;
y a más buscar algún remedio
dos ojos me curan con su ámbar. 

Gaviota errante mar adentro;
no culpo al viento de perderme, 
si al mar azul he de caerme
profundo al agua de tu encuentro. 

Gustoso ofrezco marchitarme. 
Sólo de rosa el pecho tinto, 
y con mi amor jamás extinto
al cielo puro he de marcharme-

 

Envíale ésta  página a alguien especial
pulsá en el sobre
 

MARIANO CALZADA:
¿Cómo realizar una imagen con un puñado de palabras? Que sea entonces como un puñado de ceniza que aventara en el aire, y entonces queden las formas humeantemente precipitadas en el suelo, así explico que nací un 23 de julio de 1985, en la ciudad de Buenos Aires, de donde partí al poco tiempo para vivir en un pueblo verde y tranquilo, donde discurrió toda mi infancia y mi adolescencia entre árboles, una casa hermosa, grillos en el verano, aromas de humo y chimeneas en el invierno, y una observación de la naturaleza que con el paso de los años fue a decantar por un amor a la vida, un devenir en la música y un desencadenamiento de lecturas de toda índole. Aprendí a buscar en las formas de la naturaleza mucho de todo cuanto ocurre dentro nuestro, para aprender a conocer cómo soy interiormente, aunque esto me valga soledades y aún desentendimiento con el estilo de vida de otras personas. 
Fui a la escuela aquí en este pueblo de Ingeniero Maschwitz, y lo más valioso que me he llevado de allí no fueron las notas que son sólo tinta en el boletín, sino que guardo en lo más profundo del corazón los momentos y las hermosas personas que he conocido allí, la amistad como hecho y suceso en mi vida, es lo mejor que aconteció en mis años del colegio, ya que lo más dichoso de la vida es compartir y la amistad se basa en eso. Desde niño comencé a leer cuentos, y libros medianos, la lectura es un hábito muy arraigado en mi hogar, me marcaron especialmente los libros de Julio Verne, que me suscitaron un interés por la geografía del mundo, el viaje, la historia y la ciencia, y como me caracterizo (autocrítica severa) por ser demasiado preguntón, aspecto que me gana la ofuscación de docentes o personas que no quieren enseñar, preguntando mientras leía aprendí muchas palabras y es así como un chico conoce al mundo, cuando su repertorio de conocimientos se amplía y es capaz de valerse de cierto recurso en él mismo, la dicha es inmensa. Incursioné en Emilio Salgari, Daniel Defoe, leí dos libros especiales llamados Maluco y Piratas, relacionados con viajes de navegantes españoles y la vida en los años de ladrones en el caribe. Posteriormente me interesé en lecturas de índole político, lo cual generó en mí un sinnúmero de preguntas, pero al interesarme en la historia de la Revolución Cubana, escuché hablar de José Martí y así fue como comencé a tener contacto con este poeta fabuloso. Su obra es hermosa, y muy comprometida con un sentimiento de amor por la humanidad, y de sacrificio por la defensa de la vida y la calidad de vida de su país y de América Latina. Desde José Martí leí a españoles como Antonio Machado, Miguel Hernández, León Felipe, Gustavo Adolfo Bécquer, al guatemalteco Rubén Darío, a Pablo Neruda, Mario Benedetti, y llegando al sur del sur en mi país, llego hasta Leopoldo Marechal, autor de un libro que me ha cambiado la vida en la forma en que la observo y la vivo: Adán Buenosayres. 
De acuerdo a sucesos personales me sentí profundamente atraído por la necesidad de escribir poesías, o aunque sea poco a poco comenzar a aprender "cómo" ya que desde el principio no tuve jamás recurso alguno para expresarme. En el año 2004 escribí mi primera poesía, a los 18 años, pero llamo poesía también a un modo de ver y sentir la vida, de modo que al haber sido modesto autor de cartas y relatos de mis viajes en el pasado, considero que esto fue un antecedente ideal para abordar la forma del verso. 
Después de terminar el colegio, me transformé en alguien que busca dentro suyo algo y no sabe bien qué nombre darle. Ingresé al ciclo básico de la Universidad de Buenos Aires para la carrera de arquitectura, pero al llegar a ella me di cuenta de que estaba en busca de otra cosa, de otro horizonte y con mi mente pensando en otra clase de problemas que nada tenían que ver con las problemáticas que plantea el estudio de la arquitectura, que sin duda es una carrera muy rica en contenido y he pasado por un sinnúmero de experiencias, me desvié sin más prejuicios a la facultad de filosofía. Como amo la música desde que tengo uso de razón, desde la misma poesía tras escuchar con detenimiento las letras del cubano Silvio Rodríguez, me interesé en el estudio de la guitarra, un instrumento fabuloso que genera pasiones en mí, así es como actualmente aspiro a ser profesor de guitarra y tal vez autor de alguna canción, me gusta tocar canciones de los beatles, del rock nacional, y me divierte mucho juntarme con amigos que también tocan, a cantar canciones en un fogón que siempre se hace en el jardín de mi casa. 
Sin duda que no he trazado paso a paso el acontecer de mi vida, pero los sucesos que he ilustrado dejan en claro muchas facetas de mi persona, por lo que daré fin a este pequeño intento de biografía en este instante.